cachorro pastor alemán

Montenegro

Pastor alemán en Colombia; una familia de familias.

pastor alemán en Colombia
Nuestra familia con nuestros amados pastores alemanes.

Montenegro y nuestra familia, aquí es primordial el bienestar del perro pastor alemán. Más de 20 años de apoyo total a la actividad del pastor alemán en Colombia, con pasión, sacrificio y coherencia.

Participamos en eventos nacionales e internacionales, con ejemplares destacados en inolvidables competencias. El pastor alemán en Colombia, un regalo de vida para disfrutar y compartir.

Pastor Alemán Colombia
Con Hippie de Montenegro, nuestra hermosa hembra joven

Un pastor alemán, desde la cuna. Una historia, muchas vidas.

Desde mi infancia como beneficiario de sus incontables cualidades, hasta hoy como promotor del pastor alemán en Colombia por más de 20 años, son muchas las razones que nos motivan a continuar a pesar de las dificultades que con frecuencia quieren truncar el camino.

Seguimos amando a los perros; y sin importar el tiempo y la distancia, sabemos que un buen pastor alemán estará en nuestra vida desde y por siempre.

La semilla pastorera.

Nací en la creciente y pujante Armenia en el departamento del Quindío, rodeado por el amor y compañía de mi familia, con una cantidad incontable de primos, tías, tíos y parientes, como buena familia paisa.

Antes de cumplir mi primer año de vida, al irnos a estrenar nuestra nueva casa en el norte de la ciudad, mi abuelo, le regaló a mis padres una hembra pastor alemán de pelo largo que había conseguido en la policía, “muy entendida, servicial y noblecita”, para mantener alejado todo riesgo potencial.

Polka (la pastor alemán que bautiza a Montenegro).

Se trataba de una de las pocas perras pastor alemán en Colombia por aquella época, que según mi mamá pasaba las noches junto al “moisés” de bebé. No la puedo visualizar en mi memoria, pero tengo referencia de sus anécdotas gracias a mis padres y a los parientes más cercanos.

Cuentan las memorias que esa perra era capaz de ir con la empleada por más de tres cuadras hasta la tienda del barrio y regresaba a la casa con algún “mandao” en una canasta cargada en su hocico.

En una ocasión, estando aún en pañales, en un descuido salí «gateando» hasta la zona verde de la casa; la perra de acercó por la retaguardia y tomándome del pañal, me alejó del peligro muy a pesar de mis quejas.

Polka pasó un tiempo en nuestra casa. Mi abuelo se la llevó nuevamente a vivir a una finca muy bonita en la vía a Montenegro (Quindío), de este destino para Polka proviene el afijo Montenegro.

Si le preguntamos al aficionado el por qué de su preferencia por esta noble raza, seguramente recordará historias que significaron muy buenos momentos. Es curioso, pero en muchos casos, se trata de personas que han gozado en su infancia de la compañía de un pastor alemán en Colombia.

Mi primer verdadero amigo es un perro.

Siguiendo por la vida, llegó la infancia; aproximadamente a los 8 años de edad, recibí como regalo de una amiga del barrio, un perro de unos 8 o 9 meses de edad, criollo o mestizo como lo quieran llamar, que resultó, sin ser un pastor alemán un compañero excepcional de juegos y aventuras. Debo advertir que en mi casa siempre fue prohibido tener perros por una razón simple: asma bronquial.

Titán.

Titán, Un «criollo» adoptado, fue mi primer compañero de aventuras. Quiero recordarlo, porque este perro llamado “Titán” se las ingenió para hacerse querer por todos, quedarse en la casa y hacerse parte de la familia. Estuvo entre nosotros por unos años, convirtiéndose en el guardián de la cuadra, en nuestro compañero y aliado perfecto en todas las pilatunas y travesuras propias de la edad; era la mascota de la “barra” de amigos del barrio, siendo el terror de los gamines, limosneros y ladrones de jardines que eran famosos por aquella época.

Fue unprolífico reproductor del cual se conoció progenie en dos o tres barrios a la redonda. Un perro inolvidable. Titán falleció envenenado, como mueren muchos valientes perros de la calle, resultado de la intolerancia de la gente que no soporta vivir en comunidad irrespetando la elección de quienes sí los aman.

Mi primera camada de pastor alemán, aprendizaje vital.

Ya a mis 12 ó 13, un amigo me mostró en su casa un perro pastor alemán “registrado” que era de su hermano; el perro se llamaba Niger de Baviera; le decían “Brisco” y se trataba del animal más extraordinario que yo hubiera visto hasta ese día en mi vida. Rojo, con negro, grande, fuerte con una cabeza inigualable.

Mi amigo dijo que era un perro de competencia y entendí por primera vez lo que era un pedigree. Quedé fascinado; tanto, que cuando la perra de ellos crió su primera camada, mis padres no soportaron la carga de promesas, solicitudes, ruegos y plegarias con que los colmé hasta que me compraron una cachorra muy linda a la cual llamamos “Polka”, en memoria de la primera perra de mi vida. Polka no fue registrada, su madre no tenía registro y además la idea que existía en esa época en provincia era que el registro era muy costoso y engorroso.

«Polka». Madre de la primera camada en mi vida.

pastor alemán en Colombia
Polka, el segundo pastor alemán en mi vida, después de una primera Polka que me cuidaba de bebé.

Debo confesar, que aunque fuera muy linda, no logró conquistar mi corazón pues era demasiado apasible, le faltaba un poco de espíritu y amor por la aventura, lo que a mi edad era indispensable en un perro.

“Polka” fue muy amiga desde cachorra, de un perro magnífico llamado “Peter”; se trataba de un pastor alemán habano y negro, de pelo muy corto, quizás demasiado grande, fuerte y siempre feliz, con mucha energía y entusiasmo, que siempre me encantó.

A Peter le gustaba mucho el agua y se la pasaba retozando en las fuentes del parque de los Fundadores, persiguiendo pajaritos, yendo veloz por troncos que le lanzaban, era una verdadera máquina de juego y diversión, siempre trotando al lado de la bicicleta de Juan Carlos Gómez Henao, mi amigo.

En cuanto Polka alcanzó sus 18 meses, en su tercer celo (como aconsejaban los libros del pastor alemán en Colombia), la montamos cuantas veces fue posible con ese tremendo perro; mi expectativa no podía ser mayor mientras crecía la barriguita.

Nacieron en el balcón de mi casa -donde era prohibido tener perros-, 8 cachorros a los que asistí en su nacimiento sin que se presentara ni el más mínimo problema.

Una vacaciones memorables.

Nació mi primera camada; adiós al fútbol, a los juegos con los amigos, a los paseos, al “rin-rin corre-corre”, y le dediqué el 100% a mis cachorros. Una caja de cartón recortada y dispuesta para contenerlos y permitir la entrada y salida de la madre, era una cuna perfecta.

Para afirmar aún más mi vínculo con la raza, un día cualquiera cuando los cachorros tenían ya unos 8 o 9 días de vida, la perra salió a dar su paseo en la mañana y no regresó. Algunos vecinos y amigos lograron ver que la subían a la parte trasera de una camioneta.

Mis padres, preocupados, pero muy interesados en acompañarme en aquella experiencia, llamaron al veterinario más reconocido de Armenia: recuerdo que sus apellidos eran Zapata Vargas. El Dr. amable y de palabras escasas, nos visitó, examinó los cachorros y me enseñó paso a paso, cómo debíamos preparar el tetero con un menjurje parecido a la leche, espeso y cremoso.

Mi hermana menor y mi hermanito más pequeño me ayudaban con la tarea que debía llevarse a cabo cada 2 o 3 horas: tomar a cada cachorro y darles tetero. Por fortuna todos tuvieron siempre muy buen apetito.

Abrieron los ojos a los 12 días.

Yo dormía con ellos y los llevaba al lado de mi cama en secreto cuando me daba sueño. Los limpiaba y les ayudaba después de comer para que pudieran hacer sus necesidades fisiológicas.

Fue una experiencia maravillosa y tal vez la razón de mayor importancia por la cual hoy estamos en esta actividad. Se salvaron los 8, y los pude ubicar con amigos y vecinos para sus fincas o para la casa.

Por aquella época no había duda, sería veterinario. Juan Carlos Gómez Henao, el dueño del padre, eligió una cachorra maravillosa. Nosotros nos quedamos con un precioso cachorro rojo y negro, al que llamamos Joy. Era un pastor alemán en toda la extensión de la palabra.

«Joy», mi primer macho de la raza.

Lo recuerdo como un ejemplar típico, cortito, muy bien proporcionado, de gran temperamento y carácter, linda cabeza y expresión, fuerte y muy dinámico, lleno de ganas de vivir.

En cuanto me regalaron mi primera tabla, skate  o “monopatín”, le enseñe a halarme al paso medio y sin desviarse sorpresivamente; me llevaba por todas partes con una resistencia increíble. No fue fácil enseñarle, pero lo logramos satisfactoriamente.

Fue un jovencito incansable, con una disposición permanente para lo que se me ocurriera. Un gran amigo y cómplice en mis primeros intentos de conquista en los barrios cercanos, los recorría “rodando” con mi perro, en mi tabla, y una flauta dulce de marca «Honner» que aprendí a tocar y cargaba en el bolsillo de mis jeans. Joy era un partner sin igual; muy tierno y amable con las niñas cuando estábamos de visita.

Una etapa termina, otra comienza.

La adolescencia y demasiados intereses, me llevaron por otros caminos. Al terminar el colegio, elegí estudiar Diseño gráfico. Viajé a Medellín a la Universidad. Luego vine a Bogotá donde estudié mercadeo y publicidad. Tiempo de transición, sin perros, pero con mucho interés por ellos.

En una inolvidable reunión invitado por un primo, conocí a Lina María, publicista y fotógrafa, mi inigualable esposa ya por 25 años. Durante mi época universitaria en Bogotá y con la experiencia adquirida en mis estudios de diseño gráfico, trabajé en varias agencias de publicidad siempre en el área creativa.

La creatividad, el marketing, la publicidad y las comunicaciones estratégicas colmaban mi tiempo. Pero el perro, como el arte, siempre merodeaban a mi alrededor invitándome a vivir de una manera diferente. Y así fue como llegó…

Kira

En alguna ocasión, el padre de una compañera de universidad, me ofreció una perra Husky Siberiano que los tenía desesperados. Con ella aprendí lo que fue mi primera cesárea. Con dos cachorras preciosas de unos tres meses de edad en mi casa, me contrataron para ir a Cali y con mi novia, que volvía a Cali a casa de su mamá, dejamos las perras en manos de amigos, pues el clima sería demasiado caluroso para esa hermosa raza.

Volver al pastor alemán, destino ineludible.

Fueron 4 años en Cali en Contacto Bates-Publicidad. Al regresar a Bogotá como Director Creativo en la gran agencia J Walter Thmpson, le pedí a mi novia que nos casáramos. Tiempo maravilloso de mucho trabajo, alta actividad social, proyectos y sueños. A los dos años de matrimonio, nació María José, nuestra primera hija; mil experiencias y además descubrir que cuando llega el primer hijo, inicia el camino de regreso a los orígenes.

Y es así como al cumplir su primer año de edad, le «regalamos» el que sería nuestro primer pastor alemán de registro. No fue fácil encontrar el perro que buscábamos; yo tenía memoria de perros muy especiales y buscábamos muchos aspectos reunidos en un único ejemplar. Averiguamos en muchos sitios, pero descubrimos que no era fácil encontrar algo que llenara nuestras expectativas.

Visitar criaderos, un gusto.

Visitamos criaderos de todo tipo, algunos con excelentes instalaciones, otros pequeños hogares en los cuales una única hembra presentaba orgullosa su primera camada; todos con las mejores intenciones.

Finalmente visitamos un criadero en el cual había un grupo de amigos entrenando, departiendo y disfrutando, lo que me interesó muchísimo, pues además de necesitar esparcimiento y una actividad desestrasante, había allí un ambiente de camaradería muy agradable.

Después de conversar amablemente al calor de un café, nuestras preguntas fueron respondidas satisfactoriamente.

Adquirimos el último cachorro; fuimos invitados el próximo fin de semana, lo que hicimos con entusiasmo, aprendiendo de cada sesión, de cada charla, sin perder un solo detalle.

Ulan; nuestro primer pastor alemán en Colombia; el que tanto nos enseñó.

Nuestro perro, al que llamamos «Ulan», llegó a ser con mucho trabajo, sacrificios y dedicación, un notable macho seleccionado con altas condiciones y un carácter óptimo, obteniendo en dos oportunidades la calificación máxima de VA (Excelente sobresaliente), y siendo clasificado Excelente 1º en el campeonato latinoamericano COAPA, siendo utilizado en la crianza por algunos criadores amigos del país.

Ulan nos abrió las puertas a una actividad inexplorada y donde los amigos, la familia y nuestras expectativas encontraban esparcimiento, diversión, competencia y mucha actividad al aire libre desprovista de apariencias y accesorios superficiales. El perro nos permitía ser nosotros mismos y punto. Ese regalo no tiene precio. Nuestro hija se inició muy pronto en la actividad del pastor alemán en Colombia y hoy después de acompañarnos toda una vida, eligió la profesión veterinaria para su vida. Nuestro hijo es un guía reconocido y tiene mucho talento también. Muchos podios, victorias y alegrías, propios y ajenos, han llegado de la mano de ellos como nuestros socios en el hobbie de la crianza y hoy son soporte definitivo en lo deportivo.

Gayra. La roca pastor alemán sobre la cual edificamos nuestra historia.

En una ocasión, ya con nuestro Ulan seleccionado y empezando su carrera en la clase de machos reproductores, recibí una llamada que cambió la fisonomía de nuestra crianza para siempre. El reconocido criador por su «buen ojo» el Sr. Daniel Eduardo Hernández quería servir a su mejor hembra (Cora del Porvenir) con nuestro Ulan de Santa Mónica. Rápidamente acordamos como sería la monta y se hizo todo dentro de los parámetros establecidos.

A los dos meses nacieron los cachorros y dos meses después visité la casa de nuestro amigo criador para elegir un macho precioso. Al recogerlo me sorprendió su belleza, su gran tipo y fortaleza eran notables; llamé a nuestro veterinario para ir de inmediato a hacerle un examen de rigor y curiosamente se quiso quedar con él; no lo dudé ni un instante; el nuevo dueño iba a darle una gran vida y posiblemente iría a competir.

Recuerdo que durante mi visita a Daniel Eduardo para recoger al cachorro pastor alemán macho, había visto una cachorra hermana del cachorro con un movimiento excelente, con muy buena fortaleza y proporciones, con unas condiciones anatómicas que me encantaron.

Un par de días después, le pedí a nuestro amigo y compañero en las pistas por esos tiempos el Sr. Pedro Parada (preparador, adiestrador y handler de Ulan de Santa Mónica), para que me ayudara a «echarle un ojo» y poder estar aún más seguro de mi elección.

Finalmente la decisión fue positiva y decidimos que sería ella la cachorra hija de Ulan con la cual iniciaríamos el proceso de preparación para competencias y en caso de que hubiera suerte, seguir con ella un proceso en la crianza.

Pedro nos acompañó a formarla con su conocimiento como preparador y handler logrando invaluables triunfos con jueces muy importantes, preparándola con mucho acierto y haciendo de ella una competidora difícil de vencer en nuestro medio colombiano.

Ya en la clase de 12 a 18 meses, con un año muy positivo de cara a su primer Sieger de pastor alemán en Colombia, ocupó un honroso tercer lugar escoltando hembras de gran calidad de los Criaderos Jhonterk y Santa Sofía. Y para nuestra gran alegría sólo a 8 días después, la inscribimos y viajamos al Sieger Ecuatoriano donde sí pudimos aprovechar las inocultables cualidades naturales que a ella le sobraban, y lograría coronarse muy joven Campeona Ecuatoriana en una competencia que superaba en cantidad y exigencia la pobre presentación de nuestro equipo en Bogotá.

En esta ocasión por fortuna contamos con la colaboración del reconocido criador de su padre, el Sr Fernando Ruíz (Santa Mónica), quien nos acompañaría en una victoria que sellaba un gran año para el equipo, lo que significó recuperar las alegrías y satisfacciones a que Gayra nos tenía acostumbrados (podrás ver el video abajo en la galería de videos).

Gayra del Porvenir, hija de Ulan con Cora. Desde su inicio a cada paso mejoraba notablemente. Su desempeño siempre fue un «increccendo» maravilloso.

Trabajamos con amor, esperanza y mucha fe en sus condiciones y no nos defraudó nunca. Realmente todos los sueños fueron superados por la realidad; la cachorrita que llegó a casa con pocas expectativas en un inicio, resultó ser una inmejorable mascota y compañera en nuestra casa, una aliada inseparable de increíbles cualidades en muchos sentidos y que como competidora siempre exhibió unas condiciones excepcionales, que a la postre nos obsequió con muchos podios y victorias con jueces nacionales e internacionales; como sus máximos logros, Gayra llegó a ser Siegerina muy joven en Ecuador en una competencia tremendamente difícil y Excelente 1 en Colombia, manejada de manera magistral en su edad adulta por nuestro amigo Juan Carlos Rodríguez quien nunca renunció a tener fe en ella.

Fue ganadora permanente en nuestras pistas y una ejemplar muy difícil de vencer, que pocas veces sacrificaría ese primer puesto, siempre compitiendo de manera leal, dándolo todo, con los ejemplares de altísimo valor y condiciones de aquella época; ella fue nuestra primera gran reproductora y de ella proviene mucho de lo que hemos podido presentar con orgullo en tantas y tantas pistas aquí y allá.

Gayra de El Porvenir (Donatello Lowershoeve – Gayra de El Porvenir)
pastor alemán en Colombia
Gayra en su despliegue máximo al trote, con el manejo de Juan Carlos Rodríguez. (Tomado de video en competencia).

Nuestra querida Gayra nos dejó grandes recuerdos de las pistas de estructura, en las cuales era un verdadero gusto observarla en toda su dimensión. Una perra que según expertos jueces y criadores, aún hoy estaría pisando fuerte por su gran calidad. Recordémosla en las pistas:

1era en la clase jóvenes en una presentación histórica para nosotros con el maestro POA Jorge Maggi (QEPD).
Campeona en Ecuador. Juez alemán Thomas Teubert. Presentada magistralmente por el Sr Juez Fernando Ruíz.
1era con el Juez POA Carlos Swoboda (QEPD) en Bogotá.

Provenientes de esta gran semilla, machos y hembras de excelente calidad con el afijo Montenegro, durante más de 20 años han entregado sus vidas a familias extraordinarias y muchos de ellos nos han regalado alegrías y satisfacciones en las pistas.

Son los amigos y familias con las cuales disfrutamos la actividad, una razón de peso para continuar en la búsqueda del mejoramiento continuo de esta incomparable raza.

Seguir adelante, con resiliencia, espíritu de lucha y coraje destacados.

Hoy cuando criamos una camada, el bienestar de nuestros perros y la búsqueda del mejoramiento están por encima de otras motivaciones. Compartimos con amigos que nos honran con su amistad y confianza; somos celosos de nuestro equipo, porque damos lo mejor posible dentro de las posibilidades.

Hoy, ya curtido y recorrido, con algo más de medio siglo de vida acompañado por un perro, y 23 años después de nuestro primer pastor alemán de registro,tenemos el honor como familia de haber llegado a lo alto del podio en todas las categorías posibles durante muchos años, una buena cantidad de ejemplares de nuestro afijo han sido seleccionados; he sido nombrado como miembro de al menos 4 Juntas Directivas de la Asociación, fui encargado como Presidente en una oportunidad, e invitado como juez de crianza a juzgar nacional e internacionalmente.

Cada paso ha sido dado con integridad logrando muchos sueños en la raza. Curiosamente, aunque algunos amigos nos han invitado, nunca hemos querido participar por ser el «mejor» criadero del país; sólo compartimos con los amigos que nos eligen, ese pastor alemán que vive en sus sueños y en los nuestros, con eso es suficiente.

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