Tu cachorro pastor alemán
Cachorro pastor alemán
1er Consejo para tu cachorro pastor alemán:
Pregunta, conoce, visita y compara.
Tu cachorro pastor alemán en la familia, involucra un cúmulo de necesidades vitales, orgánicas, sanitarias, emocionales y financieras que son un desafío para la familia.
Ten en cuenta detalles como este para tu nuevo cachorro pastor alemán: La crianza responsable es un arte; es una costoso y puede traer pérdidas.
El comercio irresponsable de perros puede llegar a ser una actividad inhumana y en ocasiones dolorosa para estos nobles animales. Lo recomendable es conversar personalmente con el criador y observar con respeto su labor.
Pregunta, conoce, visita y compara; estás eligiendo tu cachorro pastor alemán.
Existe un cúmulo de necesidades vitales, orgánicas, sanitarias, emocionales y financieras que son un desafío para la familia.
No dejes de conocer otros criadores; conocer ayuda a acertar.
Visita varios criadores con los cuales hayas conversado previamente y te hayas sentido cómodo y muy bien atendido; pregunta sin restricción sobre todos los temas de tu cachorro pastor alemán, el mejor criador es un asesor generoso y transparente.
El criador responsable es aquel que está motivado a explicar a profundidad todas las circunstancias que sean de preocupación o motivo de curiosidad.
Puedes tocar temas incómodos y te explicará sin incomodidad o afán; muchas veces las cosas que parecen simples pueden encerrar mayores complejidades para la familia.
Los Padres del cachorro pastor alemán deben estar en buena condición y cumplir con los requisitos para la crianza responsable.
Deben haber sido elegidos cuidadosamente y con un criterio de crianza selectivo y de mejoramiento constante. Deben ser sociables, equilibrados y libres de patologías congénitas y/o dolencias adquiridas – pregunta al criador por estos aspectos.
¿Y la displasia?
Por reglamento, los padres deberán ser libres de displasia en Grado Cero (0)-Normal Libre de displasia. -Grado uno (1)-casi normal, ó Grado dos (2)-Todavía permitido. Grado (3)-Displasia Media. Grado cuatro (4)-Displasia Grave. Los grados 3 y 4 son prohibidos para la crianza. Dentro de las normativas SV, ningún ejemplar puede criar con pedigree, sin ser libre de displasia.
Ningún criador podrá garantizar nunca que un cachorro no sufrirá de alguna patología potencial en su futuro, basado en la buena salud de los padres. Los genes recesivos existen y pueden aparecer de manera aleatoria y perfectamente imprevisible.
Para la salvaguardar la rusticidad y aptitudes de la raza,los padres de la camada no podrán tener un parentesco o consanguinidad menor a 3-3, profundizando en el firme objetivo de generar salud y vigor tangibles a la raza. Así se solidifican sus cualidades fisiológicas y psicológicas, se propende por la variedad genética y se promueve un mayor vigor híbrido en las progenies futuras.
El pedigree es una herramienta invaluable para la crianza responsable y selectiva de la raza. Representa el linaje y expone ancestro a ancestro, una bitácora valiosa de más de 100 años en la crianza, que ha sido perfectamente proyectada. Allí están las líneas de sangre y se pueden intepretar las mejores posibilidades de cara al futuro de un ejemplar y su reproducción.
El pedigree es una garantía de altas exigencias para la crianza, exigidas por las instituciones que velan por la idoneidad técnica de la reproducción selectiva.
Se documentan las condiciones óptimas de los aspectos fisiológicos y sicológicos de los padres. Se certifican los cruces permitidos, sin endogamias de riesgo y se descartan las principales patologías que pudieran afectar a los padres.
No se puede garantizar la salud futura de un cachorro. La genética, las condiciones de cada individuo y el medio ambiente, son incontrolables e imprevisibles.
El pedigree no garantiza de que un ejemplar no tendrá enfermedades o estará libre de todo acontecimiento. Tu mascota no será infalible a los avatares del destino y/o riesgos. Muchas cosas puedan manifestarse en su salud durante su vida.
Quien asegure que un cachorro será libre de alguna condición que se pueda manifestar en su futuro, no estará siendo veraz.
Los campeones no nacen; se hacen.
Quien se aventure a prometer que un cachorro será un campeón, estará jugando a ser profeta y muy posiblemente mentirá. Los perros campeones en las pistas son producto de una mezcla compleja y virtuosa entre la genética, la naturaleza, el talento y el trabajo juicioso.
Es virtualmente imposible para cualquier experto llegar a «profetizar» el futuro de cualquier ejemplar por muy hermoso que se vea en su temprana edad. Las sorpresas en la crianza y en el inimaginable desarrollo de los perros están a la orden del día.
Muchas veces el más pequeño y frágil cachorro de una camada ha llegado a ser el más impresionante campeón.
Aunque no se tenga el perro vencedor en todas las competencias, el perro propio simplemente sería el «campeón» y el rey en mi casa.
Sobre todo sé transparente, claro y veraz, háblale de tus expectativas y tus sueños con el cachorro. Los verdaderos criadores, son genuinos constructores de la actividad. Muchas veces están dispuestos a sacrificar algo de su inversión con tal de ofrecerle una excelente familia a sus queridos cachorros.
Al visitar una camada nos embarga una linda y natural emoción al conocer los cachorros que con su ternura nos conquistan, o «enamoran». Muchas veces algún miembro de la familia puede motivar una elección apresurada que podrá llegar a limitar las expectativas para el futuro.
Algunos piensan que el cachorro les está conquistando o diciéndoles «llévame contigo». Caen en un juego emocional que puede acelerar el cierre de una venta. La elección de un cachorro debe ser un ejercicio racional y realmente a conciencia. Esa percepción muy humana pero errónea de las actitudes del cachorro causa equívocos de muy largo plazo.
Un perro entra en la vida de las personas en un promedio de 10 años según su expectativa de vida; demasiado tiempo para un error.
Que los padres sean perros exitosos en su vida competitiva invita a pensar en que sus hijos tendrán una calidad por sobre el promedio. Dicho argumento no garantiza que un cachorro sea de una calidad superior en general.
La calidad de los padres, los abuelos y ancestros de calidad, contribuyen, pero no son garantía de éxito. En esos aspectos radica el verdadero arte de la selección.
Hay excelentes reproductores que no son campeones.
Algunos de los mejores reproductores en el mundo no han sido perros de gran desempeño en las pistas. Pero también es cierto, que un perro de gran calidad no provendrá seguramente de perros mediocres. Existe una máxima en la crianza a la cual hay que prestarle atención:
«Es preferible un perro de mediana calidad de una gran familia, que un cachorro espectacular que provenga de una familia sin importancia».
Algunos aspectos a tener en cuenta:
El carácter y el temperamento lo son todo, sin ellos no existe un perro óptimo; no son características negociables. Un cachorro que se ve alegre, confiado y chispeante, expresa características para ser elegible. Si además se mueve bien y tiene unas proporciones y un tipo agradables, mejor aún.
Si sus padres cumplen con las exigencias del club de la raza para entregar un pedigree a su hijo, estás ante un ejemplar de calidad.
Los padres deben estar bien descritos por el estándar de la raza. Toda exageración o defecto de tamaño, peso o largo de huesos y angulaciones, problemas anatómicos, de tipo, color, movimiento, son heredables.
Elegir un cachorro es tener la oportunidad de elegir a un gran miembro de familia. La responsabilidad futura es del amo, no del criador, quien ha realizado el mejor trabajo posible hasta entregar el resultado de su compleja labor.